Todo lo que usamos y compramos tiene consecuencias para nuestra salud, para el medio ambiente y el clima y para las relaciones sociales. Cada decisión de cómo nos alimentamos, cómo nos transportamos, cómo nos vestimos, cómo satisfacemos nuestras necesidades de vivienda podemos hacerla de acuerdo con nuestras necesidades reales, escogiendo opciones que favorezcan el cuidado del medio ambiente y el equilibrio social.